IV Trail Valgrande Pajares
!Ya tenemos la Crónica de Adrian !
El IV Trail
Valgrande Pajares suponía un gran reto para mí desde que comencé a correr
carreras de montaña: por su distancia (21 kms), por su desnivel (3000m) y por
mi corta experiencia en el terreno...; así que el domingo 4 de Agosto allí
estaba yo en la estación invernal de Pajares hecho un manojo de nervios
esperando que dieran la salida y ponerme a correr...
La salida es
rápida, los primeros metros de carrera son llanos así que vamos todos buscando
el sitio para empezar a subir cómodos, el inicio de la subida es por una de las
pistas de esquí, así que hay mucho sitio pero pronto salimos de la pista y nos
metemos por un estrecho sendero que nos lleva a una corta y rápida bajada, aquí
ya se me ponen las orejas tiesas y pienso que esto va en serio, volvemos a
subir en busca del primer pico del día, el Celleros (1831m), la subida,
estrecha y por un torrente invernal casi seco hace que todos vayamos en fila...
Foto de J L. Lastra |
Una vez
coronado, un suave descenso y un precioso valle nos lleva a buscar velozmente
la ascensión al punto más alto de la prueba, el Cuitu Negro (1853m), la subida
por esta vertiente no es muy vertical y permite correr bastante, pero tengo
decidido guardar fuerzas para la segunda
parte de la carrera y no me lanzo. En el avituallamiento que han colocado en la
cima cometo el primero de los varios errores que, creo, cometí, y es que me
bebo dos vasos de isotónico, uno de agua, como un trozo de plátano casi sin
respirar y a correr (vamos, que me “puse como el Quico” por miedo a vaciarme
cuando no estoy acostumbrado a beber tanto en carrera).
La bajada no
es muy técnica, pero si es un terreno rápido con zonas de toboganes en las que
disfruto como un enano, aquí llega el segundo error, la confianza. Si una cosa
he aprendido en las pocas carreras que he disputado en montaña es que no te
puedes confiar ni un segundo, todos los sentidos tienen que estar en la carrera
y anticiparte al terreno, visualizar cada zancada, dar un paso y saber dónde va
a ser el siguiente, no importa que haya rocas sueltas, ramas, raíces, que el
terreno sea muy inclinado, que haya barro, eso ya estaba así y no lo puedo
cambiar, se trata de un juego de constante adaptación, el que no se adapta está
“muerto”... y yo me confié en exceso...; sin saber muy bien cómo, acabo en el
suelo contra una roca inmensa y tremendamente dolorido en todo el costado
derecho desde el hombro hasta la rodilla. Me levanto rápido ya que detrás viene
el grupo de 5 o 6 corredores con el que iba y no hay mucho sitio... me duele
todo, sólo pienso en seguir, correr, pero las piernas no responden, me duele la
espalda, el hombro, me he cortado en un dedo y sangro bastante, ¡vaya pinta!, a
duras penas hago algo parecido a correr, y llego a la durísima subida al Trito,
¡veo corredores por delante que suben a gatas!, poco a poco voy ascendiendo
pero el dolor de espalda y el glúteo derecho es insoportable... arriba casi no
puedo correr, además me entran unas ganas de vomitar tremendas, no sé sí por el
dolor, porque me llené bastante en el avituallamiento o las dos cosas...; si la
subida fue un suplicio la bajada es igual o peor, encima supertécnica... estoy
fuera de la carrera...; llego al avituallamiento del kilómetro 15 con otro
corredor que se ha torcido el tobillo y se va a retirar, quiero descansar unos
minutos y ver si se calman un poco los dolores para continuar, pero al
contrario, según pasa el tiempo todo duele más, sigo con ganas de vomitar y
encima empiezo a temblar de frío... A pesar de la rabia que siento, creo que lo
más adecuado es abandonar, quedan unos cuantos kilómetros, bastante dureza
hasta meta y en estas condiciones...; lo comunico a los voluntarios de
Protección Civil y a los pies de las Tres Marías se acabó el Trail Valgrande
Pajares.
Foto J.J.Mendez. |
No quiero
terminar sin felicitar a la organización de esta carrera, en todo momento
atenta con los corredores, voluntarios animando, informando y tratándonos como
reyes en los avituallamientos, a los corredores que se pararon cuando dí de
bruces en el suelo, y como no al personal de Protección Civil que me atendió y
nos desplazó hasta Cuitu Negro para que la Guardia Civil nos
llevara a meta. Mil gracias, sin ellos no habría carreras.
Muy guay, tu comentario de la carrera Adri.Soy tu mami .
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