CARRERA DE MONTAÑA FONTÚN EXTREM Crónica por Luis Miguel

Villamanin (Leon) 13 Septiembre 2014

El Sábado se disputo en la localidad leonesa de Villamanin una nueva edición
 de la carrera de montaña Fontún extrem.

fotos de Cristino Torio
Luis Miguel  represento al club y fue uno de los 32 deportistas que  consiguieron 
 finalizar la misma.
Nos alegramos de la  excelente participación de su hermano Joaquin.
 5º clasificado absoluto ! Enhorabuena.!


-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-oCronica de Luis Miguel-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Carrera Montaña Fontun Extrem: 
Bueno compañeros, después de un verano de parón y dedicase a la familia, tocaba quitar telarañas, y volver a disfrutar y sufrir.
La carrera tenía su inicio y fin en el vecino pueblo leonés de Villamanín. Me apetecía mucho, pues por los montes de esta localidad pasé los veranos de mi infancia y adolescencia. M e encanta recordar aquellos tiempos donde empecé a cultivar mi afición por la montaña.
La verdad es que Villamanín ya no es ni la sombra de lo que llegó a ser. La carrera era a las 16:30 horas, y mi hermano Juaco y yo llegamos hacia las 15:30, encontrándonos con un pueblo fantasma, llegamos a pensar que la carrera se había cancelado,” no había ni el tato”. Poco a poco, pero muy poco a poco, empezó a llegar la gente.
Tras calentar un poco y recibir las últimas indicaciones de la organización, a las 16:30 se dio inicio a la carrera. “Na, cuando más calentaba Lorenzo”. Comentar que la carrera era en semiautosuficiencia, donde obligaban a llevar comida, bebida, manta térmica, silbato y frontal, casi nada.
En la línea de salida nos juntamos tan solo 35 chiflaos. Sorprendía la baja participación y a la vez estábamos rodeados de satélites de renombre mundial, como diría sabino. Zait Ait Malek, tercero en campeonato del mundo, el cual se llevaría el triunfo, Carlos Sa, José Perera, Pablo Villa, etc. Ah, y el mi hermano Juaco.
Pues con este cartel ya os podéis imaginar cómo fue la salida, como verdaderos perros de caza. En el primer kilómetro ya me rompieron y me volvieron a situar en mi lugar, la cola del pelotón. Tras llegar al pueblo de Fontun, ya nos meten monte a través donde la primera dificultad supondría superar la canal del Picu Currilles, un puro kilometro vertical, la madre que los parió. Nos tocó trepar, gatear y soportar las inclemencias del tiempo, y menuda granizada! Una vez alcanzada la cumbre nos tiran todo pa bajo por otra canal, esta vez herbosa, hasta desembocar en las cercanías del pueblo de Millaró, yo ya iba roto. En el descenso me encuentro a Salva Calvo, que aún estaba marcando parte del recorrido, otra más de la organización. Salva se escojonaba de risa de la dureza del recorrido, apetecióme tírame a él.
Tras reponer fuerzas en el primer avituallamiento nos toca subir al pico de los Bueyes, todos rondan los 2000 metros, esta subida ya empieza a cobrarse sus primeras víctimas, pues apenas llevamos 9 km, y el esfuerzo ha sido considerable. La bajada del Picu los Bueyes mete miedo, un pedreru que pide ser prudente y dejase de temeridades pa otro momento. Después de la tensión de la bajada llegamos a la collada Carmenes, donde está el segundo y último avituallamiento. Aquí nos unimos cuatro valientes, que me plantean la posibilidad de continuar juntos hasta el final, pues dos de ellos van bastante tocados, la idea me parece bien pues me da igual llegar media hora antes que después.
 A partir de este punto me encuentro física y anímicamente bien, y ahora empiezo a disfrutar, sí que mejor en compañía. Solo nos quedaba subida y bajada al Picu Fontun, bueno lo de solo por decir algo. Los problemas físicos de dos de los compañeros nos hicieron bajar el ritmo con lo que una tormenta de rayos y truenos nos amenizó la última subida, y la noche fue la que puso el colorido a la bajada del Fontun y la entrada en meta.
Tras casi 5 horas de lucha, sufrimiento y disfrute, durante los 18 kilómetros y casi 4000 metros desnivel acumulado, entramos en meta, siendo recibidos con el calor de los compañeros de batalla y del público que nos arropó durante toda la carrera, cuatro amigos.
Me quedo con la belleza del recorrido, el buen compañerismo y con una lección más de la indomable montaña. Volvía a sentir la euforia del trabajo bien hecho.
FONTÚN 

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