Crónica de la II Kangas Mountain por Luis Miguel.

II KANGAS MOUNTAIN 28/2/2015
Tocaba metese en faena nuevamente. Esta vez repetíamos en Cangas de Onís, en la Kangas
Mountain, algo más de 30 km, 3500 metros desnivel acumulao y toneladas de barro.
El recorrido es muy duro con sube-bajas continuos, un rompepiernas, impresión que
compartimos prácticamente todos los que nos aventuramos en esta batalla.

La carrera discurre por los Concejos de Cangas de Onís y Parres. Con salida desde el Centro de
Cangas, toca primeramente subir al Pico Arbolín para regresar nuevamente a la antigua capital
de los Astures, cruzando el río Sella por el mítico Puente Romano. Tras avituallarse, para
alcanzar la segunda cima (el Collado Andrín), hay que realizar una sinuosa travesía por unos
bosques de castañales, donde la senda es bastante impracticable debido al barro, al agua y a
la maleza. Se culmina con una subida muy embarrada. La bajada es igualmente de complicada,
la cual nos descuelga hasta el puente colgante donde se unen los indomables ríos Sella y
Dobra.

A partir de aquí, toca remontar el Dobra en dirección a la Hoya San Vicente. Debido a la crecida

del rio en el Km 20 nos desvían por una tremenda canal de piedra suelta. Esta es la subida más

dura de la carrera, donde una vez superada, alcanzamos la Cima del Alto Següenzo. La

montaña se cobraría la mayoría sus presas en este tramo, la gente iba tocadísima, o íbamos,

mejor dicho.

La última bajada, que nos llevaría a meta (Cangas), es infernal; muy técnica y endurecida por el

omnipresente barro. Por este tramo desciende también la Maratón Xtrem de los Lagos de

Covadonga.

Si tengo que hablar de sensaciones: Ganas tenía pocas, y preparación raquítica, pero sabía que

necesitaba volver a exponerme, pues sino, no vería el momento de arrancar y empezar a

tomármelo un poquitín en serio.

Tocó sufrir, dominar miedos e inseguridades, recuperarse de alguna pájara, venirse arribaabajo,

acalambrarse, llevar pa casa alguna que otra garrapata, pero volvía a disfrutar con lo

que te ofrece la montaña y la naturaleza, con buenos compañeros de viaje.

 ¡Y NÁ, AHÍ TAMOS OTRA VEZ!