I TRAIL DE SANTA CRUZ DE MIERES.
Nuevamente
buen resultado para Miguel Ángel , 2º vete A y 4º absoluto en esta
primera edición de la carrera de montaña celebrada en Mieres aunque no tengamos la foto del podiun le vemos durante la carrera.
Os
dejo con la crónica de Félix que también representaba al club en la misma..........
22/4/2017
I Trail de Santa Cruz de Mieres.
Gotas de sudor de buen grosor recorren mi frente como en una extraña carrera. Hoy estamos a 27ºC nada menos. Buen día de playa, mal día para correr. Pero hoy estamos en un pueblecito cercano a Mieres, Santa Cruz, para lo segundo, disputaremos la primera edición de este trail de distancia corta: 16km y 2400 m. d.a.
Miguel
y yo llegamos algo antes de las 15h. Tempraneros como siempre. La
salida se dará a las 16 30h. Quedamos con un amigo de Miguel, que se
estrena en esto de las carreras, y tomamos algo en el bar del
polideportivo. Justo enfrente de la línea de salida.
En
esta plaza, donde ya calentamos, el sol todavía nos aumenta más la
temperatura. Grabo a algunos corredores trotando con los ojos
entrecerrados soportando los rayos implacables del astro rey. De vez
en cuando una levísima brisa nos roza la piel como queriendo
animarnos, dándonos cierta esperanza de que en cotas más altas el
ambiente puede que sea más agradable.
Es
el momento. 114 corredores nos vamos acercando entre los ánimos del
speaker, casi con cierta pesadumbre, al arco de salida. El calor
aplana el coraje. La hora elegida para la salida no ayuda. Recordemos
16 30h.
Cuenta
atrás y arrancamos. Corremos unos metros por la carretera y cruzamos
el puente sobre el río Aller. Salgo bastante lanzado. Quizás para
sentir más fuerte la brisa en la cara. Sólo tengo delante a 4
corredores. Tras el paso del puente nos damos de bruces con las
primeras rampas. Duras, aunque hay fuerzas para subirlas corriendo.
Aquí noto que he salido con las pulsaciones tan altas como la
temperatura. Tengo que relajarme.
Me
pasan varios hombres. Normal. Tengo que buscar mi sitio. Nos
adentramos ya en senderos estrechos , en ocasiones cobijados bajo
arboleda, no demasiada. El calor se concentra en estos primeros
tramos. Es sofocante. Me rebasa algún corredor más, pero ya noto
que mi respiración vuelve a la normalidad competitiva. Me encuentro
mejor. Alterno el trote con la caminata, ya que la pendiente es muy
irregular.
Cojo
como referencia a un chico de camiseta roja que marca un buen ritmo.
Lo marco a una distancia de pocos segundos. No lo pierdo de vista.
Intento que no se me vaya. Lleva un paso potente, no es fácil.
Así
llegamos al km 4,2, Cuitu Ramón, y con ello el punto donde avistamos
a “La Santa”. Sé que quedan pocos metros para terminar el primer
ascenso. No llevo agua. También sé que el avituallamiento dista 2
km más. De momento no me agobia la sed.
Cruzamos
el Collau de les cruces.650 mtrs de altitud, y giramos a la izquierda
para bajar por una pista rapidísima. Me acuerdo en ese momento
cuando, Miguel y yo vinimos a reconocer el recorrido. El GPS se
volvió loco y nos marcó un “fuera de ruta”, lo que nos hizo
despistarnos y realizar al revés esta parte del recorrido. Es decir
ahora bajo a unos 3 45/km por donde subí ese día. Me emparejo con
“mi referencia” e intercambiamos impresiones. Bebemos, sólo nos
ofrecen agua. Echo de menos isotónico.
Tras
este trago y la alegre bajadina me encuentro muy bien. Ahora
acometemos un tramo correndero que nos llevará a la última y más
dura subida. En el pueblo de Boo.
El
chico de rojo aprieta y se me aleja más de lo que quisiera. No
quiero forzar, guardo fuerzas para esas cercanas y duras rampas.
El
compañero que no se me despega es el calor. Los rayos del sol
golpean sin cesar sobre mi despejada coronilla. Sudo mucho… mucho.
En
este intervalo se me ha unido un Cerezal gran corredor veterano.
Charlamos e iniciamos la subida desde El Picu.
Primeras
rampas hormigonadas. Son duras. La subida serán unos 2 kms. La llevo
como puedo. Intento no cebarme. Quiero ir con un andar regular. El
cerezal me sigue.
Punto
más alto del recorrido 800 mtrs, Ahora de vuelta al Collau de las
cruces por más pistas. Voy dejando atrás a mi pareja de carrera.
Pero al mismo tiempo me rebasa otro corredor moviendo ágilmente sus
bastones.¡Vamos!. Km 10. Le sigo. Ya enfilamos el descenso. Espero
con ansia otro trago de agua. Llega tras una pequeña cuesta.
Un
amable señor nos muestra el esperado isotónico y el liquido
elemento. 2 vasos de cada caen por mi garganta en un suspiro y me
rocío la espalda con otro de agua. Listo.
Ya
estamos volviendo a recorrer en sentido inverso lo hecho en la
primera parte de la carrera. En este punto ya había alcanzado de
nuevo a mi referencia de mallot encarnado. Se vuelve a marchar e
imprime un fuerte ritmo. Lo volveré a ver cuando le felicite en
línea de meta.
Así
que dedico mi atención al chico de los bastones, pero también
me pone tierra de por medio. Le sigo con la mirada en fugaces
intervalos, lo que me deja el zigzagueo de esta última parte de
descenso. Lo veo y se oculta constantemente, hasta que le dejo de ver
a falta de 2 kms. Ahora lo único que quiero ver es una cerveza fría,
helada,¡ como salida del maldito polo norte! La quiero, es lo que
más quiero.
También
pienso en mi familia. Vero y los niños me estarán esperando,
también su prima y su marido. Tras la carrera comeremos todos en la
espicha organizada para la ocasión.
Estarán
en meta o en algún tramo del puente, me pregunto. Bueno, ya falta
muy poco para saberlo. Veo correr el agua bajo mis pies. Subo hasta
la carretera y allí están. Me animan y me aplauden con fervor
filiar. Da gusto. Corro hacia la meta. Giro a la derecha y entro en
meta en 1h 44’ 40”.
Casi
he terminado mejor que empecé. Contento. Buena carrera. Puesto en la
gral. 17º y 8º en senior.
Ahora a degustar la generosa espicha.
Un
abrazo y hasta la próxima!
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