“Quebrapates 2025”: “Subestimar la carrera vs sobrestimarse a uno mismo” 34KM./2500m+

 

“Quebrapates 2025”: “Subestimar la carrera vs sobrestimarse a uno mismo”

34KM./2500m+

Después de bastantes años, volví a la Quebrapates. Esta fue la primera carrera en la que participé, y me inicié en esto que llamen correr pol monte.

Tras haber hecho el “Anillo Picos” a principio de septiembre, en 3 etapas, “la cabeza me petó”, y tuve que parar. Llevaba todo el año “metiu en fregaos”, entre entrenos, carreras, colaboraciones, y arrimar el hombro donde me lo solicitaban (Xtreme Lagos, Cainejo, Travesera, Quirós, Homenaje Cainejas,), necesitaba parar, y así fue durante más de un mes.

No obstante, el atrevido o temerario de mí, se apunta a la Quebrapates, “va, así obligome a hacer algo, jejeje”.

Todo el mundo me decía que era una carrera muy dura, de tiempos de maratón, y yo (subestimando la carrera), decía que ya la había hecho más veces, como si eso fuera garantía de algo.

Pues el sábado 18 de octubre nos plantamos Miguel, el guaje, y yo en Pola de Laviana, para vivir y tratar de disfrutar de una de la carreras más guapas y emblemáticas de Asturias.

Salida a las 8:00 horas desde la plaza Ayto. de Laviana. Arrancamos 65 valientes o temerarios con nuestros frontales en busca del amanecer por las faldas de Picu Dubil o Peña Mea.

(Últimamente estoy observando que aquellas carreras donde se mantiene la esencia montañera y el terreno técnico es el protagonista, las inscripciones son muy reducidas, al contrario de las carreras pisteras, donde se masifican. Espero que esta tendencia no sea para quedarse).

Mantengo ritmo reservón, y disfrutando por los parajes de Entrago y las Sendas Mineras (senderos del carbón) pensando en alcanzar la Collada Doñango. Previamente atravesaríamos el Cerro Montarro y la Campa Felguera, donde se ubica el avituallamiento sólido-líquido. Muy completo con tortillina de patata. A partir de aquí el recorrido varía de lo que yo conocía. Nos suben a un pico muy chulo y pindio para dejarnos caer a la Collada Doñango.

Ahora toca subir a plomo por las rampas del Peña Mea. Por otra variante que nos sube hacia la izquierda por la “directísima”; no hay respiro. E 3 horas corono y de ahí pa bajo, con mucho tiento. El terreno está muy roto y seco. Un corredor que tenía un poco detrás sufre una aparatosa caída a la altura del “ojo de buey”, teniendo que ser evacuado por el helicóptero del Grupo de Rescate del Principado.

Con mucho cuidado llego a la Campa Pelúgano. Avituallamiento donde me meto entre pecho y espalda 3 vasos de Coca-Cola, calientes. Y revolcón al estómago (como un burro).

Trato de ir trotando y caminando por la zona de “Les Meloneres”. Voy cogiendo ritmín hasta llegar a Tolivia. Km21. “Menudo calor”.


Aquí empieza la carrera, y la gasolina va muy justa. Trotando hasta Valdelafaya, donde empieza el verdadero Rock&Roll. Subida por unos praos, y primeros calambres (vinagrón pal cuerpo). Sigo remando “to opa riba”, hasta llegar a Las Borias (pueblu donde Nuberu tenía una mula torda) El calor funde. Aún nos queda una subida que se hace bola. Vamos buscando regueros y fontanes para refrescarnos, para así lograr llegar al Picu La Vara.



Ahora nos queda un largo sube-baja por el Cordal de la Campa La Tazá. Ya voy sin fuerzas. Me dejo caer al trote, y cuando solo quedan 2 km meta aparece “el Tío del Mazo”. Lipotimia al canto, mareos y a la lona. Menos mal que logré llegar al bosque. Una pareja de voluntarios me cuidó dándome acuarius y permaneciendo a mi lado hasta que logro recomponerme y recuperar el color. Trote hasta meta y a dar explicaciones a la jefa. Llegué bien. ¿Volveremos?

Organización impecable y voluntarios de 10.

“Qué nun se pierdan les carreres montañeras con esencia”

 

 


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