Crónica del ultramaratón de los 10000 del Soplao ( Por Mon)
Hace un año me prometí que aunque fuera una vez en la vida tendría que hacer una ultramaratón.
Busque una ultra asequible, que me permitirá correr, que no tuviera mucho desnivel y que los tiempos de corte no me hicieran correr constantemente pendiente del crono.
Y así encontré la ultramaratón de los 10000 del Soplao, situada en los montes de Cantabria, concretamente en los montes y valles de Cabezón de la Sal.
Una ultra de 117 kilómetros que discurría por mucha zona de pista y que me iba a permitir correr durante mucho tiempo.
Me inscribo y comienza la cuenta atrás.
Un par de meses antes la organización cambia el recorrido, dejándolo en 97 kilómetros y cambiando el recorrido, metiéndolo por el monte y quitando muchísimo porcentaje de pista. Mas dura que años anteriores. 8000 metros de desnivel acumulado.
Este cambio me perjudica, pero no me quita las ganas e ilusión de que llegue ese día.
El viernes 20 un amigo y yo nos desplazamos a Cabezón de la Sal.
En mi vida había visto un despliegue de gente, corredores, y estands publicitarios como el que había allí
Radio, televisión, decenas de fotógrafos y miles de personas. Estoy alucinado y encantado.
La tarde se hace interminable, la salida es a las 23 horas. Intento dormir un poco en un parque sobre una esterilla, viendo el buen tiempo que hacía, pero me es imposible. Las ganas de empezar superan al sueño.
Llegan las 22:30 horas, me cambio y me voy a la línea de meta. Antes de la salida, un grupo folclórico realiza sobre una tarima la danza de Ibio. Nos esperarán después haciendo un pasillo de antorchas.
22:59 horas. Se tira una traca de petardos, comienza la cuanta atrás y empieza la carrera.
Sabía la cantidad de público que espera a vernos en la salida, pero una cosa en verlo en YouTube, y otro es vivirlo en directo. Cientos de personas, diría que incluso un par de miles, se agolpan a los lados de la carretera a nuestro paso. Los pelos de punta.
Salimos de Cabezón hacia nuestra primera cota, de unos 600 metros de altitud, muy técnica, y que tras ella nos lleva a un cortafuegos bastante complicado de bajar y aun mas de noche. Como había estudiado bastante la carrera bajo con precaución, no llevamos ni diez kilómetros y no merece la pena lesionarse.
Llegamos a Ruente, otro lugar espectacular donde el publico se agolpa para ver nuestra pasada.
Cruzamos su famoso y estrecho puente medieval. Otra vez los pelos de punta.
Desde aquí el pelotón se estira y la carrera se hace casi en solitario.
Mientras escribía esta crónica me daba cuenta de que hay mucho que escribir sobre la carrera y como
lo pasé en ella, pudiendo llagar a resultar la crónica muy pesada.
Así que prefiero dejar el link del video que grabé en in situ, una imagen vale mas que mil palabras.
Por último sólo decir que la carrera en si es espectacular, el ambiente es increíble y la gente de los pueblos son
el alma de la misma, apoyando constantemente.
En caliente me dije que no volvería, un poco enfadado por la poca o casi nula compañía de personal de la organización durante la carrera, la falta de señalización en algunas partes y lo escaso de los avituallamientos.
Pero ahora en frío se que volveré, sino hubiese sido por las ampollas hubiera hecho muy buena carrera ( para mi nivel).
El Soplao me debe la revancha.
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