Crónicas de San Silvestres por Félix
26/12/16
Carrera Fin de año de Pola de Siero.
Inicio
aquí mi trio de San Silvestres en este final de año 2016. Pola de
Siero, MIeres y Oviedo.
Estamos
en Pola de Siero, villa de gratos recuerdos debido a su gran media
maratón. Hoy acudo para disputar una carrera de 5 km. A las 16h
recogemos mi dorsal y el de Quique, la joven promesa de la familia,
que disputará la prueba de chupetines, una vuelta alrededor del
mercado (300 metros). Una carrera muy recomendable para menores, dado
el trazado circular que facilita el seguimiento de la carrera, con
una distancia que deja disfrutar a los niños sin agotarles
demasiado, y muy buena organización, en ningún momento dejan a
padres meterse dentro del recorrido de los guajes, controlando a cada
niño hasta el final para conducirles a recoger su medalla y su
recompensa “chocolateada”.
Son
ya mas de las 17h. Quedo con Mon, otro “correndero” para vernos y
calentar antes de la salida.
También se nos une David y Fonso. Kiko
acudiría más tarde, no llegará para la foto de equipo.
Las
calles ya se van llenando de curiosos, familiares y corredores. Mas
de 1500 participantes en el total de categorías inscritos. 800
aproximadamente tomaremos la salida en la categoría absoluta.
La
tarde es fresca, no se puede hablar de frío, amenaza lluvia en todo
momento pero no aparecerá finalmente. Mientras calentamos ya veo a
diferentes corredores, de asfalto, de montaña… voy haciéndome una
idea de los objetivos a seguir.
El
trazado que tendremos que afrontar es un rompe-piernas continuo, muy
callejero y muy duro que se compone de 2 vueltas, ligeramente más
larga la segunda, con salida y llegada en la plaza del mercado.
18
10h Ya se acerca la hora. He calentado bastante bien. Busco un hueco
en la aglomeración de corredores que respiran nerviosos cerca del
arco de salida. Como es habitual en estas atestadas pruebas de final
de año con tan variopinto grupo de participantes se colocan en las
primeras posiciones personas que están claramente fuera de su lugar,
incluso veo algún niño acompañado de su padre. Esto pone en riesgo
a esos corredores y al resto.
Se
da el pistoletazo y todos arrancamos con fuerza para toparnos ya con
la primera de las infinidad de cuestas que nos esperan. Esquivo como
puedo a muchos corredores, me abro hueco por los laterales, zonas mas
despejadas y alejadas del peligro. Es una auténtica locura.
Suepervivencia atlética. Llego arriba y respiro aliviado. No me he
ido al suelo y nadie me ha pisado. Ha sido casi milagroso que no haya
pasado nada.
Primer
km. superrápido, callejeando por la pola, calle arriba y calle abajo
me sale a 3 19/km. Veo a algunos montañeros de gran nivel, intento
seguirles. Me coloco su lado. Voy llevando este gran ritmo. Es una
distancia corta, quizás lo aguante.
Km
2. Lógicamente mi Tom tom me marca un ritmo mas “tranquilo” :3
39’/km para seguir tensando las piernas en las cuestas, probando la
elasticidad de mis tobillos en el empedrado y resoplando en las
bajadas.
Regresamos
al triangular mercado para iniciar el Km 3 en el que mantengo un
ritmo similar. Voy todavía pegado a uno de esos montañeros, y junto
al “ruso” al que alcancé en el km anterior. Subimos de nuevo el
cuestón del inicio de carrera pero una vez arriba giramos ahora a la
izquierda. Seguir curveando, derecha, izquierda, derecha … mis
“referencias" se me van yendo. Me está costando este tramo en
el que nos alejamos del centro de la villa. Giramos 180º y
regresamos, veo que se me van. Cedo. Empiezo a notar el cansancio y
mi ritmo decae. Este Km lo hago a 3 57, curiosamente el más llano.
Me doy cuenta que mi cuerpo busca acomodarse y ahora que volvemos a
callejear me animo y me obligo a sacar todo lo que me queda. Queda 1
km y hay que apretar. Aguanto el puesto, lo peleo con varios
corredores que me pisan los talones.
Última
subida que anuncia la proximidad de la llegada. Ya noto la recompensa
del descanso esperándome. Giro a la izquierda. Sé que me tocará
bajar la cuesta del comienzo. Que alegría cuando veo
allí abajo ese arco de meta. Me lanzo. Acelero. No dejo que nadie me
pase en este final. Vuelvo a hacer un 3' 382 en este ultimo km. para
terminar en 17’ 17”. Media de 3 28’/km. ¡Bajo mi mejor tiempo
de 5000! No hubiera pensando en marca si hubiera sabido la dureza del
recorrido. Estoy muy contento. Puesto final 38º y en mi categoría
17º.
Un
saludo y ¡hasta la próxima San Silvestre en Mieres la víspera de
Nochevieja!
Fotos
cortesía de Antonio Jiménez y JL. Lastra.
30/12/16
San Silvestre De Mieres
Vispera
de Nochevieja. Segunda San Silvestre. Me hallo en Mieres acompañado
por mis dos guajes para disputar otra prueba de fin de año que se
adelanta en el calendario para reunir a un mayor número de
corredores. El cielo despejado augura un frío intenso a la hora del
atardecer.
Me
dirijo a la calle La Vega, lugar de la salida para recoger el dorsal.
Allí me reúno con la prima de mi mujer y su marido que harán de
canguros mientras papá corre.
Quique
competirá en la categoría de minibenjamines a las 17h. Recta de
unos 150 metros por esta misma calle donde nos encontramos. Bien
organizado, buena carrera para los críos. Medalla y botellín de
agua tras el esfuerzo.
A
las 17 30h ya estoy despojado de las capas de abrigo para calentar
calle arriba, calle abajo. Veo a diferentes corredores que lucharán
por el podium, no creo que me puedan servir de referencia, están
fuera de mi alcance. En total, esta prueba ha reunido 350
participantes para correr 4 km en un circuito prácticamente llano.
La
gente inunda la calle. Niños y mayores andan de aquí para allá
mezclándose con los corredores de la absoluta. A las 18h se da la
salida, damos una pequeña vuelta de menos de 1 km para volver a
pasar por la línea de salida. Salgo con muchas ganas, como siempre,
un parcial por encima de mi nivel.
En
el segundo km nos dirigimos en una recta larguísima de más de 1000
mtrs. hacia el campus universitario. No me gustan estos trazados, me
resultan aburridos y cansados. Tengo a un grupo delante,
integrados por buenos corredores que persigue a los primeros de la
prueba. Se me van yendo poco a poco. Son ritmos muy duros para mi.
Esta larga recta me permite no perderlos de vista, y a la vez me hace
sufrir teniendo siempre su referencia visual en el horizonte.
3km.
Giramos 180º y volvemos al centro de la villa. De nuevo otra larga
recta, más corta que la anterior y en ligerísimo descenso. Esto
anima a mis piernas. He perdido la referencia del grupo que me
precedía, que va soltando lastre en forma de integrantes que no han
podido con su fuerte ritmo. Voy dejando atrás a estos hombres con el
rostro marcado por el esfuerzo.
Estamos
ya en el último km y hace ya varios minutos que he entrado en modo
sufrimiento. Alargo lo que puedo la zancada, braceo rápidamente y
encaro la pequeña subida que nos llevará a la meta. Mi cerebro
manda señales animosas a mis piernas. Puedo entrar en el top ten.
Tengo un objetivo a tiro, lo puedo alcanzar, un corredor que viste de
negro cada vez está más cerca. Curva a derechas, quedan 20 metros
para meta, entro justo a la par con él. ¡Meta! Tiempo: 13' 22”.
Puesto 12º. 5º en VetaranoA. Una carrera rápida para los
rodadores. Algo aburrida para los que les gusten las pruebas con
desnivel y callejeo. Bien organizada. Rápidamente nos muestran la
clasificación y se realiza la entrega de premios.
Un
abrazo y hasta la próxima! Mañana mismo día 31 en Oviedo, la gran
cita.
31/12/16
San Silvestre de Oviedo.
Llega
la gran cita del año. Estoy en Oviedo. Punto y final de mi trilogía
de San Silvestres. Como cada temporada, con el auge del este deporte,
esta prueba ha vuelto a batir su récord de participantes. 4500
corredores inscritos para recorrer las calles de la capital del
Principado, completando 5,5km, bastante suaves casi en su totalidad,
salvo ese km 4 que aportará la dureza que toda carrera necesita.
Acompañado
por toda la familia, nos dirigimos al punto de reunión con amigos y
compañeros de equipo. Un gran numero de “corredores” van a
despedir el año disfrutando de esta prueba. Nos hacemos la foto
oficial y charlamos mientras saltamos para escapar del la gélida
temperatura. Otro día despejado en el que el frío será el
protagonista. Los grados van cayendo rápidamente. Hay que calentar
más fuerte. Salimos a trotar en los alrededores de la Catedral y a
continuación bajamos al Campo San Francisco.
Ya
están a punto de terminar las pruebas infantiles y hay que estar
atento para coger un buen sitio en la salida a sabiendas de la
aglomeración de animosos e inconscientes corredores que pelearán
por dejarse ver en los primeros puestos.
Un
rato después retiran las vallas, estoy muy cerca pero ni aun así
puedo entrar con la primera oleada. Isaac, amigo y consumado
triatleta, me acompaña. Los dos nos hacemos un hueco como podemos
entre este pelotón. A pesar de nuestros esfuerzos nos hemos colocado
en la 8º o 9º fila. Esto me pone muy nervioso. Aún quedan 8
minutos para la salida. Nuestro calentamiento se va a diluir en poco
tiempo.
A
las 18 10h se da la salida. Recta por la calle Uria, salto de
obstáculos, esquivo, izquierda, derecha, me deslizo entre
corredores, choco con alguna despistado, vuelvo a saltar, rozo a
algún participante más. Subo Toreno y tengo que continuar
adelantando corredores en pésimas condiciones, uno que saluda a un
amigo, me frena, me tengo que cruzar, alguien me los recrimina, sigo,
miro al suelo más que al frente, el desgaste es tremendo, el estrés
agobiante ¡Qué ganas tengo de despejar camino! Sólo lo consigo al
llegar arriba y girar a la derecha en Cervantes. Empieza la cuesta
abajo y aumento el ritmo, ahora puedo. Vuelvo a ver Isaac, me
emparejo con él y comento el ritmo. Voy demasiado rápido, pero es
lo que hay, el terreno es favorable y las fuerzas también. Tengo que
recuperar terreno perdido en la odisea de la salida. Seguimos carrera
en continuo descenso. Km 3 Mi ritmo no varía mucho. Voy
bastante alegre. Veo a Victor, compañero, pasando por el Campoamor.
Le paso y el me coge “rueda”.
Sigo
pasando a esos corredores ansiosos de la salida, sus caras me lo
indican. A estas alturas la animosidad de la salida ya se ha ido para
no volver. Todavía se acentúa más el sufrimiento ahora, en el
momento de la subida del Campillín. Entramos en el temido Km 4 de
esta carrera. Subimos la primera parte, la más pronunciada. Me
encojo irremediablemente. Mis pasos se acortan. Resoplo. Segunda
parte, Campomanes hasta la rotonda. Más esfuerzo. El ritmo se
resiente en gran medida. Mi fatiga aumenta. Mantengo la distancia con
mis predecesores. No quiero mirar el crono. Sigo mi referencia visual
con los corredores que llevo delante. Tercera parte, llegada al
auditorio. Aprieto. Ya no queda más subida. Sólo estirarse y
correr. Me animo, ya bajando hacia la plaza de España, me acuerdo de
este tramo en mi primera san Silvestre, mi primera carrera. Ese día
corría con 3 capas de ropa.. y gorro. ¡Qué distinto es todo ahora!
Empiezo a cazar corredores aislados, el pequeño grupo mantiene la
distancia. Voy al límite, pero sé que puedo mantener este ritmo un
poco más.
Ya
bajamos Marques de Santa Cruz, intento alargar la zancada una vez
más. Paso a algún hombre más, pero no llego al grupo. Giro a la
derecha dejando la Xunta atrás. El final está cerca. ¡Preciosa
carrera! Gano más puestos. Subo hacia la Catedral. El final está
ahí. La meta a la vista. Sprint final y ¡¡tiempo!! Paro el crono
en 20:05. Puesto 51º de la gral. y 8º en Veterano A. ¡Enhorabuena
a todos los compañeros!
2
años y un buen número de kms. desde la primera vez que me puse un
dorsal al pecho. Ese día, aquí, en Oviedo, completé los 5,5km en
25:10. Nunca hubiera imaginado volver aquí y correr así. Muy
satisfecho de mis progresos y sobretodo de toda la gente que he ido
conociendo en este camino. El factor humano es lo que de verdad crea
“adicción" en el running.
Un
abrazo y hasta el año que viene!
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