TRAIL DE UBIÑA 2017 "RUTA DE LAS BRAÑAS" Crónica por Félix

18 de Junio de 2017. Trail Macizo de Ubiña
Aún con el recuerdo fresco de la Traveserina en la mente y en las piernas, me dispongo a afrontar este duro trail por el Macizo de Ubiña. 3ª Prueba de la Copa de Asturias de carreras por montaña.
Toca, de nuevo, pegarse un buen madrugón. A las 6 30h Miguel Ángel, Ernesto y yo ya estamos de camino a Tuiza de Arriba, punto de partida de la competición. Hay muy poco aparcamiento como podemos comprobar un rato después, de ahí la importancia de llegar con tiempo.
Recogemos el dorsal y tomamos algo en el bar cercano mientras comentamos el calor extremo que se preveé para hoy. Se nos une Luismi que también competirá hoy.
Cuando estamos pertrechándonos de todo lo necesario, salen a nuestro encuentro David Pérez y Moisés, que van a darse un paseo por la zona mientras disfrutan del espectáculo.
En esta carrera, dadas altas temperaturas, es obligatorio portar una reserva de 1 litro de agua.
Ya tenemos colocadas las mochilas. Llevo 1 barrita y un par de geles. Mientras calentamos, nos acercamos a una fuente cercana para cargar agua fresca.
Miro al cielo. Las nubes han sido exterminadas por un sol que ya reina despótico en el cielo. Aún desperezándose por las tempranas horas ya es capaz de subir la temperatura a 25ºC.
 Éste es mi gran punto débil: el calor. Suelo rendir mucho menos en estas condiciones.
Ya se da la salida, son las 9h. Salimos unos 230 corredores, que disputaremos la distancia larga:
 21k con 4200 m. d.a.A las 9 30h les tocará a los de “la corta” 15k con 2800 m. d.a. , que completarán los 300 participantes de esta competición.
Salgo tranquilo, afrontando las primeras rampas con calma. Me muevo entre los 60 o 70 primeros puestos. La subida es constante por praderas muy abiertas, que ya dejan vislumbrar un paisaje fabuloso. El ascenso se va poco a poco endureciendo a medida que avanzamos. El terreno sigue siendo fácil.Escalo algunos puestos, pero no tengo prisa.
Ya estamos en el km 6. 1830 mtrs. de altitud. Punto en el que iniciamos un descenso por una campera con buen desnivel. Zigzagueo para no maltratar mis castigados cuádriceps.

Multitud de espectadores vacunos nos escoltan por esta zona.
Trotamos por estos praos hasta llegar al avituallamiento que da paso a la subida más dura del recorrido: el Fariñentu.



Bebo y cargo. Ya se nota el calor.Km 7.8. Nos metemos por una canal en la que parece que una leve brisa quiere apiadarse de nosotros, pero creo que todo es producto de mi imaginación. Es dificultoso avanzar.
Poco después ya salimos a campo abierto y podemos contemplar a nuestra derecha el muro que nos espera.Giro y empieza “lo bueno”. De nuevo voy de derecha a izquierda buscando aliviar el fuerte desnivel. Las piernas responden, pero me noto algo fatigado, sin duda por la temperatura.
Oigo ya los chillidos desde lo alto de mi compañero David. Elevo los dos brazos para saludar, y continuo el ascenso.
Toda la zona está expuesta al sol, no hay lugar donde esconderse. La vegetación es inexistente.
Arribamos a la cima en el km 9,8 de carrera. Punto más alto del trazado con 2160m. de altura
 David y Moisés me vuelven a infundir fuerzas con sus comentarios. Gracias, amigos.

Un cresteo fugaz.
 Leve vistazo a las espectaculares vistas y me voy cuesta abajo por un praderío que cae en picado con la misma gran pendiente por la que subimos.
El segundo y austero avituallamiento me espera abajo. Sólo agua. Bebo y cargo.
Seguimos el descenso, ahora menos pronunciado, pero por terreno mucho más complicado. Grandes piedras. Pasos estrechos con desfiladeros que nos hacen recordar el respeto a la montaña que nunca hay que perder.
Paso al trote estos senderos con precaución. Voy junto a otro corredor que me va abriendo paso. Las distancias con los demás participantes ya se agrandan.
Este descenso no dura, hay que recordar que los 2100 + salen de alguna parte. Otro gran paredón reta nuestras fuerzas. Subo ya con cierta fatiga. Calor, calor, calor.La ansiada brisa no aparece
Volvemos a descender. Atravesamos zonas muy rocosas. Pasos difíciles. Cuidado por donde pisamos.
Las bajadas no permiten alegrías corredenderas, máxima concentración. Son cortas y pronunciadas.
 Y enseguida vuelta a subir. Se hace muy duro.
Estamos viendo abajo el refugio del Meicín. Punto de avituallamiento más completo.
Esta bajada sigue siendo técnica. Sendero zigzagueante y salpicado de piedra suelta. Bajo bastante lento. Estoy cansado.Llego abajo, por fin... Devoro fruta y vasos de isotónico. Vuelvo a cargar y veo a mi alrededor verdaderos dramas en las caras de algún corredor. Hay chicos muy tocados.
Km 15. Solo restan 6 kms, pero esta carrera todavía no ha dicho su última palabra. Sin tiempo para respirar ya estamos afrontando otra enorme dificultad. Una subida de gran desnivel. Praderío en su primera parte para adentrarse en terreno rocoso en los metros finales.
Sólo en 1,5 km, pero tengo las fuerzas muy mermadas. El calor, eso lo supe después, sube hasta los 36,5 Cº, me esta aplastando. Normalmente puedo ir escaso de energía, pero no de ánimo. Ahora las dos “reservas” casi van a la par.
Satanás se ha revelado, a forzado las puertas del abismo y está atizando su caldera para asarnos vivos.
Hago algún comentario jocoso con un par de corredores que me acompañan. Tengo que despejar la cabeza. No pensar en el agotamiento. En la sensación de ahogo. En el ácido láctico que inunda mi cuerpo. Pienso que no siento dolor de piernas, punto a favor. Esta es la última subida, otro cosa buena. Y no va a ser demasiado larga, además.
Pero voy muy solo. Ha sido muy súbita esta soledad. De repente todos han desaparecido como tragados por ese ardiente infierno.
Tenía un corredor unos metros por delante pero se me ha ido.
Avanzo y me anima un espectador - por una vez voy a grabarte yo a ti- me grita, mientras me enfoca con su móvil.
Voy ganando enteros mentalmente. La fatiga va en aumento pero la cabeza está en su sitio.
Salimos a otra gran pradera y a 1963 m. iniciamos el descenso final.
Hay pequeñas bajadas y falsos llanos con buen terreno para correr. Intento lanzar las piernas, pero voy muy cansado.
No voy. Camino en cuanto hay alguna ínfima dificultad.
Troto muy lentamente en las zonas donde debería exprimirme, pero ya no tengo nada en el depósito.
El sol continúa implacable, esperando mi caída. Para colmo, un último sendero de roca viva me enlentece aún más.
Llego al pueblo con una sensación de alivio indescriptible. Sin duda, la carrera más dura de mi corta experiencia.
¡Meta! Tiempo 4h 18’ 05”. Puesto 39º. Senior 22º Hay 58 abandonos, entre ellos Ernesto. Miguel y Luismi logran terminar. ¡Bravo a todos y cada uno de los participantes!
Ahora a quitarse en sudor en una de las duchas portátiles habilitadas en el aparcamiento. Hay que dejar en casa la intimidad.
La jornada finaliza en buena compañía degustando a la sombra una generosa espicha que nos espera justo en la línea de meta.
Un abrazo y hasta la próxima!
Fotos cortesía de Javi Lindes, Tano García y Nespral El Fugau

Comentarios

Entradas populares