Trail Valgrande- Pajares 2017 (Por Félix)

Vuelvo a la estación de esquí de Valgrande-Pajares un año después para disputar, esta vez, la carrera corta. 10km con 1415 m. d.a.  Y al igual que la edición anterior, nos recibe un cielo libre completamente de nubes, donde un sol radiante ya calienta la mañana hasta una agradable temperatura de 15º.
 Recojo el dorsal en la cafetería, buen lugar para hacerlo ya que sólo tengo que girarme y pedir mi habitual infusión pre-carrera. Ya se respira un buen ambiente. Son las 8 30h. Charlo con varios corredores que se apostan, como yo, en la barra.
 No se hace esperar David López y familia, que me acompañará en la competición de hoy. 
 La otra modalidad que ofrece la organización es la prueba reina, los 21kms, constan de 3000 m.d.a. Realizarán el mismo recorrido que nosotros hasta el paso por el Cuitu Negru, donde los de la  10k ya regresaremos por las pistas hasta el punto de salida.
 Hace 3 semanas que no compito, todo un logro para mi, dada esta loca espiral competitiva en la que me he metido. Espero realizar una buena carrera. Me acuerdo muy bien del recorrido del año pasado. Es rápido, aunque no demasiado, ya que el desnivel se concentra en duras rampas, que sin duda frenarán el ritmo.
 David y yo calentamos por las calles aledañas al edificio de la estación. Hay que poner intensidad, la salida se presume veloz.
 Primero saldremos los de la prueba corta, a las 9 15h y a las 9 30h aprox. los de la 21k
 Nos colocamos bajo el arco. No se ve a mucho “gallo”. Le pongo el ojo a 2 o 3 corredores con buenas hechuras.
 Poco tenemos que esperar para escuchar el aviso para empezar a correr. Un “Cerezal” se marcha en solitario. Nos vamos a dar la vuelta a la pista de esquí de fondo. Terreno muy llano. Vamos muy rápidos. Prado muy fácil de correr. Veo que no puedo seguir a este ritmo kamikaze. A la vez que se me va este chico me da alcance un “Atleta de barrio”. Comentamos lo fuerte que va el va delante. El ADB se pone delante. A éste le intento seguir de cerca. Así bordeamos esta zona y enfilamos la vuelta al punto de inicio donde nos jalean animosamente haciendo un bonito pasillo los participantes de la 21k, que esperan empezar su carrera.
 Inicio la subida por las pistas en esta 3º posición, pero en pocos segundos me sobrepasa un veterano y un juvenil, de los tres del Peñasanta, a un fuerte ritmo. Me animan David Gonzalez y Jose Enrique justo cuando giramos a izquierdas para atravesar un sendero entre matorrales. Otro guaje del Peñasanta llega a mi altura. El veterano se aleja pero me pegó a este segundo juvenil. Bajamos por un pequeño tramo para vadear un riachuelo y pasar por el primer avituallamiento, donde bebo sin parar un sorbín de agua.
 Afrontamos la subida más larga a la cota más alta, Cerilleros. Todos en fila india. Delante tengo a 5 hombres. El primero ya lo hemos perdido de vista. Va como un misil. Los otros cuatro están cerca. Las subida es dura. Me gusta. Pongo ritmo alegre. Aprieto mis manos contra las rodillas y asi paso al ADB. Estoy algo nervioso, voy en posiciones muy delanteras y me veo fuerte. Sigo los pasos del segundo Peñasanta. El veterano no cede, se va, le sigue de cerca el primer Peñasanta.
 Coronamos y en la bajada me alcanza otro gran veterano del Piloña. Seguimos juntos. Ya vemos el último obstáculo, El Cuitu Negru. “Las tres Marias” hacían donde se dirijirán los de la 21k nos contemplan desde nuestra izquierda. 
  Km 6. Nueva subida. Tiene tramos de gran pendiente. Hay que usar las manos. Tengo delante a un sub 18 y detrás a un veterano de 63 años.¡ Me encanta este deporte!
 La subida no se le da muy bien al chaval y le adelanto. Me sigue el “Piloña". Vuelvo a escuchar los gritos de David y Jose Enrique. Me exprimo y termino la subida. Voy en 4º posición, empiezo a creer en el pódium. Sé que la tercera posición absoluta está  difícil, pero en la categoría es muy posible.
 Nos restan 2 kms de bajada por las pistas desde el avituallamiento, por el que paso sólo una fugaz mirada. Ahora no puedo parar. No queda nada. Me lanzo a fuego hacia abajo. Cruzo la carretera. Sigo. Resoplo, voy a tope, tanto que me voy en un cruce a la izquierda, no veo la cinta blanca en el suelo, giro la cabeza y veo por el camino de arriba a la derecha al “Piloña" indicarme que voy por el camino equivocado. Subo esos 20 metros de nuevo como un poseso y enseguida lo alcanzo, atravesando los prados pisados por las vacas que dificultan el descenso.
 Por un tramo muy pedregoso el veterano corredor no tiene problema en hacerme hueco y paso. ¡Gran detalle! Me deslizo por estas piedras sueltas, esquivo a una pareja senderista con su perro y sigo a tope. Voy rápido, pero el juvenil me pasa por la derecha. Volvemos a la pista por la que hace una hora iniciamos  primera subida. Ahora desciendo emparejado con este chico frenéticamente. Él se pone un par de metros por delante. El 4º puesto está en juego. No me voy a conformar. Bajamos realmente rápido.  Las piernas parece que van por delante como si tuvieran vida propia. Siento que se me desgarra la piel del talón debido a la fricción. Acelero aun más, no sé como, saco fuerzas y vuelvo a ponerme delante de él. Faltan 100 metros para cruzar el arco. Lo hago finalmente en 1h 04’ 00” en ¡¡4º posición y 2º Senior!! No me lo creo. ¡He hecho pódium! ¡Qué alegrón!
 Poco después entra en meta David que completa otra gran carrera con un 2º puesto Veterano A. ¡Enhorabuena!
 Degusto el abundante y suculento avituallamiento final. Charlo con los colegas con los que dispute toda la carrera y me voy a la ducha en las habitaciones del hotel de la estación, todo un lujo.
“Increible, lo he conseguido”, pienso, en pie, sobre el 2º cajón del pódium, mientras se me dibuja una sonrisa de oreja a oreja que me acompañará hasta el final del día.

Un abrazo y ¡hasta la próxima!
Fotos cortesía de Pedro Pablo Heres, Tano González y JL. Lastra

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