II TRAIL VALLE DE SAMUÑO Crónica por Félix

10 de septiembre de 2017.

 El semblante cansado, tiznado de negro. Asomo mi cabeza y la luz me ciega momentáneamente. Subo por el pozo San Luis. Como antaño y como aún continúan haciendo esos aguerridos hombres del norte que se resisten al paso del tiempo, llego a la superficie.  Estoy llegando a meta, estoy corriendo una carrera de montaña.
 Hace casi 3 horas, me estaba colocando el dorsal, para disputar este Trail Valle de Samuño. Segunda edición de esta exitosa carrera que ya se ha colado en el calendario de la copa de Asturias, y nada menos que como última prueba.
 Miguel y yo quedamos, como siempre, para viajar juntos hasta La Nueva (Langreo), concretamente en el Eco museo de la minería. Nos reuniremos con Mon en la recogida del dorsal. 
 Se termina agotadora Copa de Asturias de carreras de montaña. Es la primera vez que la disputo, 5 pruebas a completar cuatro para clasificar. Cuento con 3.  Voy 5º en la categoría senior. Semanas antes tiro de calculadora y cual es mi sorpresa, cuando descubro que tengo posibilidades de llegar al tercer puesto. 17 puntos me distancian de ese pódium, de ese sueño. Algo impensable cuando empecé esta aventura en Colunga, en Abril.
 Esta carrera nos ofrece 22km por montaña y uno por dentro de ella” como reza su ingenioso eslogan. Con 3000 m. d.a.
 El entorno para iniciar la carrera es precioso, con las vías de tren, el castillete, las montañas flanqueando el museo.
 Me coloco el dorsal, me tomo una ampolla de un preparado energizante, lo pruebo por primera vez , espero que me siente bien. Necesito ir a un fuerte ritmo desde el comienzo y distanciar a mi competidor por ese pódium. Hoy disputara la carrera y necesito hacer un puesto muy por encima de mis habituales posiciones para conseguir esos preciados puntos. El cuarto clasificado no correrá hoy. Lo compruebo en la lista de inscritos.
 Grabo a los animados corredores en los minutos previos, ya colocados cerca del arco de salida.
 Estoy concentrado, debo correr mas que nunca, sin reservar nada, a tope desde el pistoletazo.
 Eso hago justo a las 9h. Empezamos a subir, me sitúo tras 10 o 12 corredores. Muy buenos corredores. Nunca me codeo con estos atletas. Estamos en los primeros  tramos, caminos con poca piedra… cuando, Miguel que corre justo delante de mi,  pisa una piedra y dobla su tobillo de muy mala manera, da un saltín rebotado de dolor y sigue, baja el ritmo y cojea  varios metros. Dice que no es nada, es duro, pero yo veo que le duele. Le mermará durante todo el recorrido. Me mantengo a poca distancia de él. Cosa que nunca he conseguido.
 Continuamos por una especia de calzada romana, piedra resbaladiza, acompañamos al río que queda a nuestra izquierda. Hay humedad por doquier. Terreno resbaladizo. El barro ya asoma. Tónica en casi todo el trazado.
 Seguimos subiendo. Voy alto de pulsaciones, noto el ritmo exigente. Pierdo un par de puestos cuando me pasan un “langreo team” y un “team obaya”. No les puedo seguir. Se distancian poco a poco.
 Veo un cartel: El repechín. Sospecho que puede haber un hermano mayor.  Pendiente dura pero asequible. Me alcanza un toscaf, que me acompañará durante el resto de la carrera.
 Miguel renqueante sigue en mi horizonte. Estamos en el km 5 aproximadamente. Cerca ya el primer avituallamiento. Paro y bebo isotónico y agua a partes iguales. Coronamos el Cogollo a 1000 metros.
 Sigo. Terreno fácil de correr, menos barro, senda con buen piso. Pero un autentico tobogán. Subimos y bajamos siempre pegado a mi pareja de viaje. Descensos no muy técnicos y subidas cortas, sin excesiva pendiente hasta que llegamos al esperado hermano mayor del repechín.
Km 10. El repechón tiene 100m con una pendiente media del 51%. Un muro de proporciones gigantescas. Gateo todos y cada uno de los metros de este infierno. El terreno esta tapizado por el desbroce de helechos y matorral bajo. Al menos esta mullido.
Pero… ¡Qué veo!? Arriba en la cima (Pico las cruces) esta Miguel. Me espera y me anima. Se ha retirado, pienso. No puede ser. Llego arriba con el rostro desencajado. 
-¿Lo dejas?
-No  no -. Responde con calma a la vez que esboza una leve sonrisa.

 Acto seguido se pone detrás de mi y del “toscaf" y reanudamos la marcha. El terreno sigue como en los kms anteriores. Rompepiernas de libro. Arriba, abajo, arriba… Mismo trazado, mismo terreno. Más fatiga. Mi rictus va cambiando. Se me arruga la expresión.
 El “toscaf”, Luis, se llama, siempre tirando. Se nos une otro corredor, Miguel nos sigue. Debe estar pasándolo mal. No es su lugar.
 Bajamos tras el avituallamiento, en el pico Rondiz (740 m). Descenso rápido y con cierta dificultad, aunque seco. Lo peor.. o lo mejor, depende, vendrá en los siguientes tramos cuando el barro reclame su sitio, haciendo que los resbalones se sucedan.
 Aún queda un último obstáculo en forma de subida. Bosque con abundante piedra. Árboles que jalonan el camino. Vamos esquivando el mobiliario arbóreo y nos despistamos unos metros. Enseguida retomamos la senda marcada y llegamos arriba.
 Km 18. Bajamos al barrizal. Las piernas están muy cansadas. Los gemelos piden auxilio, se me empiezan a “subir”. A cada paso se van alternando. Se sube el izquierdo, se sube el derecho. No aguanto. Tengo que bajar ritmo, es inevitable. Mis compañeros de viaje se adelantan. Miguel va mas retrasado. No le veo. 
 Voy recuperándome. Los pasos ya no son una tortura. Justo cuando llegamos a una increíble resbalina con desniveles demenciales. La organización ha distribuido cuerdas para ayudarnos a superarla. Se divide en varios segmentos. No agarro ni una cuerda. Llego a la altura del “toscaf” y le rebaso con un “culosky” kamikace. Viene otra. Me previenen del peligro, pero ya estoy deslizándome sobre las posaderas temerariamente. Viene “la jaula” así bautizado en otro cartel. Mas cuerda, pero paso. Me voy para abajo. Me incorporo, sigo. Última, caída a plomo en la que sí me agarro para descolgarme suspendido casi en el aire. Al día siguiente esta acción la pagaré en mis hombros.
 Km 22. Bajada de hormigón y giro a la izquierda para enganchar la galería. El socavón Emilia. Una lúgubre luz  ilumina nuestros pasos. Me recojo por la margen derecha haciendo caso a los voluntarios. Por el centro esta la vía con unas tablas sobre los raíles. Parecen resbaladizos. 
 Es sorprendente pero se respira sin dificultad. No me parece claustrofóbico. Quizás voy tan cansado que no pienso en eso. Sólo pienso en recorrer su kilómetro y terminar. La humedad se transforma en gotas que caen del techo y más tarde chorretones me refrescan la cara. La vegetación ha crecido gracias a estas filtraciones y cuelga también de la parte alta de la galería.
 Dejo el grijo de la parte derecha y corro unos metros por el centro sobre las tablas. No resbala. Es más cómodo. Llega el final. Pasillo y escaleras hacia el cielo. 189 nada menos. Subo las mitad alegremente, imbuido por la felicidad del que termina una hazaña. Pero los tramos finales se hacen duros y los subo andando pesadamente. Me alcanza de nuevo Luis el Toscaf. 

 Llego a la superficie y me da la luz del sol  iluminando en mi rostro una sonrisa en el momento en el que cruzo la meta agarrado del hombro de Luis.
 Ha sido extenuante. Siempre al límite. Tensionado y concentrado al máximo. Arriesgando como nunca. Todo para cumplir un sueño.
 Miguel llega cuatro minutos después. No parece cojear. Le doy un abrazo. Respiro. Tiempo: 2h 46’ 34”. 14º absoluto. 7º senior. Ahora a esperar resultados.
 Me ducho en una duchas portátiles de agua fría dispuestas por la organización al lado de la meta. Si quieres agua caliente te transportaban a un polideportivo cercano.Dejo que me trabajen las fisios mis maltrechos gemelos.
 Ya ponen la clasificación. Hay nervios. Empiezo a contar puestos entre el “relieve” y yo… 9 10 11.. los puntos.. sumo… y .. si .. si ¡¡SI!!
¡¡He conseguido el 3º puesto senior de la copa de Asturias de carreras por montaña!!

 Sigo en una nube subido al cajón con Jose Enrique (Avientu) y Alberto Palacio(Toscaf). Compartir pódium con estos fenenomenos del trail increíble. Hace 2 años y medio que me puse por primera vez unas zapatillas. Ni en mis mejores expectativas hubiera imaginado este resultado. 
 Miguel completa un doblete con un sensacional primer puesto en la categoría Veterano A.


 Mon termina la carrera exitosamente.
 Un abrazo y hasta la próxima!

Fotos cortesía de Maria W. Astur Foto deportiva. Trail Samuño, Carmen Martínez, Angus Camino, MV foto, Gilber, PP Heres.

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