CARRERA PUERTA MUNIELLOS 2018 (Crónica por Félix)


       Félix Moises David y Miguel Angel  antes de tomar la salida en Moal, donde tambien  participó Món.
Buena carrera para todos. y nuevo podio para Miguel que alcanzaba la meta en el puesto 8º y 3º en su categoría Vet.A  
Carrera Puerta de Muniellos 2018 
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A continuación  la Crónica de Félix


15 de abril de 2018.
 Por fin llegó, por fin Moal. Se percibe que es algo especial nada mas llegar. Aun faltan1h 15’ para la salida cuando llegamos David y yo a esta pequeñina aldea de Cangas de Narcea y se nota que esta carrera no es como las demás. Todo indicado con mimo exquisito. Dejamos el coche en uno de los parkings habilitados a pocos metros de la salida y las duchas.
 Enseguida nos reunimos todos los Correnderos al calor del desayuno con el que nos obsequian en la carpa de llegada. Todo tipo de bebidas calientes y muchas esquisiteces para mojar en ellas.
 Allí charlamos Miguel, David, Mon, Moisés y yo. Como nosotros, se congregan allí 450 corredores. Cantidad y calidad avalan esta prueba. Como abanderado Pablo Villa, el flamante campeón de España de carreras por montaña.
 El cielo plomizo se despereza salpicándonos con una ligera lluvia mientras caliento junto a Miguel.
Algo anecdótico, ya que el resto de la mañana será un plácido día primaveral con una suave temperatura.
Nos adentramos en el jolgorio de la salida, firmo en mi casilla. Dorsal 81. Pocas esperanzas tengo de que mi puesto sea muchos números menos.
 Los atletas llegados de toda España ya están apiñados escuchando al speakear venido del inframundo.
 Un precioso arco marca el inicio de una experiencia para los sentidos. 
 Será un disfrute para el corredor. 
 8 primeros kms de continuo ascenso a Peña Ventana. Buen ritmo, guardo, pero no me corto. Sigo con alegria en la liviana bajada. Árboles con sus ramas abrigadas de musgo colgante crean un ambiente fantasmal. No me asusto, sigo.
 Pisamos una rápida pista. A mi lado, ahora y durante mucho rato el célebre Depa de la revista Trail run.
 Seguimos en este paraiso de árboles retorcidos y cubiertas verdes en el bosque por el que subimos a Veiga Monco. Vamos acumulando metros. Completaremos 4 600 m d.a. con 32 kms. Este año han endurecido el recorrido. Mas difícil, sí, pero no más bello.
 El sol asoma y juega con las nubes a colorear los montes. Yo quedo extasiado. No pienso en reservar, ni en lo que me queda. Llego arriba. Km 20. 
Bajamos por un sendero con una pendiente muy fuerte en mitad de la ladera, parece abierto sólo para nosotros. Las piernas soportan mucha presión. No hay peligro real, pero cuesta mantenerse en pie.
 Próxima parada: Peña La Reguera. Más corta, más dura, más pedregosa. Noto fatiga.
Noto que no voy tan bien. Mis piernas acusan el ritmo.
 Así, volvemos a bajar, y me caigo sobre el tapiz de hojas… me levanto y sigo, pero ya no soy el mismo.
 A continuación Peña Monco, y el sufrimiento en sus rocas. Arriba, el dolor. Se me suben los gémelos, gritan los isquiotibiales.
 Yo paro unos segundos, estiro y les doy auxilio, pero están heridos y yo lo sé. Restan 8 kms. Mucho castigo.
 Paso unos minutos muy malos en este descenso. Continuas paradas. Mis músculos agarrotados frenan mi avance. Impotencia y rabia. Y el orgullo que me empuja. Y corro descompuesto. Camino y voy para arriba. Cazo a algún corredor que se distanció de mi en el inicio. Hay esperanza.
 Alivio en las partes lentas y el miedo en los senderos rápidos. Sigo sufriendo descargas. He comido, he bebido, no se que pasa… Esto merma mi avance. Mi animo decae de nuevo, pero no mi espíritu. Lucho y continuo. Parece que sí, ahora puedo. No necesito parar más, aunque no voy tan rápido como quisiera mi corazón.
 El esfuerzo es una discusion entre el corazón y las piernas. Hoy no están de acuerdo.
 Con todo lo que llevo recupero más posiciones. En filo el camino a meta y la cruzo en el puesto 50º con un tiempo de 4h 07’. Se ha acabado y me emociono. Ha sido una dura prueba. Una carrera memorable. Formar parte de esto te llena.
 Una carrera en lo que lo más bonito no son sus paisajes. Hay mucha Asturias, pero solo este pueblo se vuelca así con su gran evento. Decenas de voluntarios flanquean metro a metro el recorrido. Seis avituallamientos no dejan que desfallezcas. Aplausos y apoyos son el alma de esta prueba.
 Y como colofón el hermanamiento degustando una inmensa arrozada acompañada de embutido, empanada, bebidas variadas, postres. Todo lo que realmente importa está en el cuidado del corredor. El que da sentido a una carrera. Y este pueblo lo sabe. Y está muy lejos, pero ahora muy cerca de mi 
 Enhorabuena Moal, tenéis que mantenerlo así. 
Un abrazo y hasta la próxima!




















Fotos: Manuel S.Calvo. MV Foto. Alfonso Gamaza. Carmen Martínez, Asturxanas y JL Lastra



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