Maratón de Laredo. Crónica por Victor


Seis de la mañana, suena el despertador, llegó el día de otro maratón y no, no estoy en Madrid, esta vez amanezco en Laredo, solo 7 semanas después de aquel agónico día en el que pude hacer poco más que arrastrarme por las calles de la capital de España.

Esta vez salgo sin presión, prácticamente nadie sabe que vengo a intentar vengarme de la distancia mítica que de momento me va ganado dos a uno y hay que ponerle remedio.

Desayuno ya con los nervios habituales en mí los días de las grandes citas, charlo con otros maratonianos que se hospedan en el mismo y hotel y enseguida me voy a la habitación a prepararme para la batalla, esta vez la salida está a apenas 500 metros de donde me encuentro así que salgo con el tiempo justo para trotar un poco y situarme bajo el arco de salida, serán 4 vueltas a un circuito de 10550 metros. Cuando me coloco en mi sitio, me doy cuenta de que tengo situado delante de mí al gran Fabián Roncero!!!! Le saludo y intento concentrarme ya para la carrera, miro el pulsómetro y ya estoy por encima de las 110ppm, muy habitual en mí en todas las líneas de salida... pasan unos minutos y pistoletazo de salida.

Los primeros km los hago ya al ritmo establecido, el objetivo es ir a ritmo de 4:30 para asegurar las 3:10, han pasado solo 7 semanas desde el maratón de Madrid y tengo mis dudas de cómo llegaré al tramo final. Al final de la primera vuelta ya me doy cuenta de que la parte final será dura, los últimos km se hacen en la zona portuaria que es bastante desangelada, lo comento ya con el grupo de 4 que hemos decidido hacer grupeta en esta aventura, entre ellos el gran Chemón!!! En esto estamos todos de acuerdo. La segunda vuelta digamos que se hace un mero trámite, lo único que me llama la atención es el gran número de abandonos de la media que vamos dejando atrás, el día no acompaña con unos 20° y muchísima humedad. Pasamos el arco de meta por segunda vez y aquí ya nos quedamos completamente solos, Chemón bromea dudando si alguno de los cuatro sobrevivirá el día de hoy!!! Completamos la tercera vuelta y empieza el maratón, acabo de pasar a Luis Pérez que venía a atacar a las 3 horas, esto me da alas pero a la vez siento miedo solo de pensar que el siguiente puedo ser yo. Mira atrás y vamos solo dos de los cuatro compañeros de viaje, mi acompañante ha venido de Madrid y dice que va bien, eso si, no da ni un relevo así que me toca tirar en solitario por las largas rectas de Laredo, inentanto no perder la concentración para no bajar de ese ritmo de 4:30 que sigo como un reloj suizo, en el km 35 me comenta que se encuentra bien que el va a tirar, le animo pero cuando miro hacia atrás veo que se queda!!!! Otro que se acaba de llevar el mazazo!!! Ahora si que estoy solo!!!! Sigo adelantando a algún que otro cadaver, esto parece the walking dead!!! Me encuentro sorprendentemente bien. Esta vez parece que va a salir, he hecho bien todo, me digo a mi mismo, he bebido, he tomado sales, geles... hoy es el día, pero..... el maratón todavía tenía algo que decir, km 39 y hombre a tierra. La fatiga me invade y no me queda más remedio que bajar el ritmo hasta caminar unos metros, veo venir por la larga recta a mis dos compañero que había dejado atrás, primero uno y después otro, intento correr pero de repente todo me parece dificilísimo, no consigo pensar con claridad, que ha pasado??? Troto unos metros y me repongo, ya no queda nada, hay que llegar me digo a mi mismo km 40 km 41 y a correr a tope de nuevo, mis piernas vuelven a ir buen ritmo, incluso puedo “esprintar” los últimos 500 metros.

 Arco de meta a la vista y paramos el crono en 3:14:36, esta vez no has podido conmigo!!!

Mismas sensaciones de siempre, ya llevo cuatro y sigo sintiendo lo mismo que la primera vez, 42.195 metros, mucho más que una distancia. El desempate en Sevilla ‘19


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