Ultra Güeyus del Diablo (Relevos)

Crónica Ultra Güeyus del Diablo (Relevos)

 1 de Septiembre de 2018. David y yo unimos nuestras fuerzas para derrotar al coloso de la Cordillera Cantábrica. Por separado nos sería muy difícil superar su enormidad. Nos hemos repartido sus 80 kms en 35km con 3300 m+ (David) y  45km (2800m+) un servidor. 
 Así David le toca madrugar para completar su recorrido, donde la mayor dificultad será la ascensión a Peña Rueda. Le lleva 6h 15’.  Un gran tiempo. 




 Yo le relevo en Tuiza, donde ya han salido algunos participantes en esta modalidad. La carrera está marcada por un intenso calor desde el comienzo, hay que tener en cuenta que salgo ya en las horas centrales del día. También otro factor a tener en cuenta es la soledad. Sólo me encuentro con corredores de la ultra que, como es natural llevan un ritmo mucho menor que el mío, al igual que algún participante de la maratón de Güeyinos que han salido 1h 30’ antes que yo.
 Llevo un buen ritmo. Subo Cerreos fresco. Corro por las grandes praderas. Afronto con fuerzas las zonas boscosas. Un trazado que deja correr bastante. Me gusta.
 David una vez terminada su parte me espera y me anima en diferentes puntos de avituallamiento. Agradezco mucho esta compañía, porque como ya he dicho esta modalidad de relevos implica esa soledad que te atenaza durante todo el recorrido. Nunca tienes una referencia, una “rueda” a seguir, o simplemente un compañero que amenice los ratos de más sufrimiento.
 La carrera la llevo con buen ritmo, quizás para acercarme a las 6h 30’, eso pienso antes de la última ascensión a Brañavalera. Peña Chago, un muro de consideración que se hace más cuesta arriba debido al calor. ¡Un auténtico horno a 35ºC! Mis fuerzas menguan ostensiblemente. Subo muy lento, muy pesado. Bebo, pero el agua esta muy caliente.    Las ampollas de mis dedos explotan. Había untado mis pies de vaselina, antes y durante la carrera (gracias Lucía, te debo una bien gorda) pero hoy no hay nada que hacer.  Llevo mucho castigo para afrontar con fuerzas la bajada que resta desde arriba. 10km que los debería hacer a fuerte ritmo, no son tramos muy técnicos, salvo un barrizal que se extiende un km. Sólo puedo dejarme caer. Pierdo el puesto que había ganado unos kms antes, en la subida. A poco menos de 3 kms me adelanta otro relevista.
 Llego a meta agotado. Mi punto débil sigue siendo este asfixiante calor asturiano. 
 Cojo a Quique de la mano y me viene una sonrisa a la cara al ver a David y a mi familia ya en Pola de Lena. 
 Final en 7h 05’. No pude hacer más. David y yo nos quedamos 6º de 8 parejas. Un centenar aproximadamente han participado en esta fiesta del trail en el Parque de Ubiñas-La Mesa. Tan espectacular como implacable. Tan bello como castigador. Una experiencia que sin duda te hace más fuerte.
 Un abrazo y hasta la próxima!







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