MARATÓN SEVILLA


Maratón Sevilla 2020

Es tiempo de confinamiento, y parece que ya queda muy lejos aquella mañana del pasado 23 de febrero, en ese momento era difícil pensar lo que íbamos a vivir en las próximas semanas, meses o quién sabe... pero ahora es tiempo de volver la vista atrás y contaros como viví aquella mañana maratoniana.




Había llegado el día, hoy era distinto, me faltaba algo, me faltaba esa motivación extra que tanto se necesita para afrontar esta distancia mítica y tan exigente, llegaba bien de forma, bastante fino como se dice en este mundillo pero sin la ilusión de otras veces. Los últimos meses habían sido bastante intensos en el ámbito personal y no conseguía centrar el objetivo como se merecía, pero ya estaba metido en este lío y lo quería acabar, no me gusta dejar las cosas a medias así que había que hacer frente a este maratón y lo quería hacer como esta distancia se merece.




Este año tenía un objetivo que era atacar a las 3:05 y como mínimo mejorar las 3:07:24 del año anterior, con esta intención me sitúo bajo el arco de salida al que llego con el tiempo justo para darme cuenta de que voy a salir en la parte trasera de mi cajón que es el de 3h a 3:15 y cual es mi sorpresa cuando veo que los globos de las 3:15 estaban unos cuantos metros delante mi. Ya que uno se va haciendo mayor y como es la sexta vez que me enfrento a esta distancia ya se que esto es muy largo y que hay tiempo de sobra de ir recuperando tiempo, tiro de veteranía y me digo a mi mismo que casi mejor, así salgo con más calma y no me quemo en los primeros km.




Dan la salida y empiezo lento, los primeros kilómetros no voy más rápido de 4:40 cuando tendría que ir como unos 15 segundos más rápido, van pasando los km y por fin en torno al km 5 consigo pasar ese muro en el que se había convertido el grupo que iba con la liebre de las 3:15, ahora ya por fin puedo ir poniéndome a ritmo, hago un km tranquilo para bajar un poco el pulso ya que prácticamente tuve que esprintar para pasar este numeroso grupo.




Llego al km 10 cerca de los tiempos objetivos así que simplemente me dedico a disfrutar de esta maravillosa ciudad y sus gentes como no había hecho en otras ocasiones, hoy todo fluye, el ritmo me resulta muy cómodo haciendo prácticamente todos los km entre 4:20 y 4:25, paso por la media maratón en 1:32:10 que es lo previsto. Los km van pasando y me voy preparando para lo que vendrá más adelante, se que hoy va a tocar sufrir, llego algo justo de km pero espero poder suplirlo con la veteranía y con los km que llevo acumulados estos últimos años. En el km 34 me espera la familia, este es un punto clave para mi ya que será la última vez que los vea antes de la meta, me noto algo cansado antes de llegar al punto en el que sabía que estarían pero intento poner buena cara, no quiero que noten que la cosa empieza a ponerse fea, los veo a lo lejos, los saludo y hago el impresionante giro en la plaza de España, salgo del parque de Maria Luisa y ..... empieza el maratón.

Los km ya pesan, las piernas parecen que son de hormigón, el pulso se va por las nubes y el sueño de bajar de 3:05 que hasta ese momento tenía en el bolsillo se desmorona, toca ser inteligente y no quemar las naves en este punto, tengo margen para mejorar la marca del año pasado así que intento mantener la calma y aflojar un poco el ritmo para no pegar un petardazo como el de otras ocasiones. Hago dos km lentos, intento aumentar y veo que sigo pinchado, vuelvo a levantar y cuando llego a la alameda de Hércules sobre el km 38 me viene a la cabeza un whatsapp que me envió la noche anterior un gran maratoniano y mejor persona, y lo pongo tal cual:


 ”Mucha suerte mañana Víctor. Disfruta mucho. Cuando te llegue el bajón (si te llega) piensa en la cantidad de kilómetros que hiciste por el paseo pa tar ahí ✊🏼”


Así que me pongo manos a la obra, tiro de cabeza y hago un esfuerzo mental para pensar que solo me quedan un par de vueltas a la senda del Nora y ya estoy en la meta. Como por arte de magia las piernas vuelven a funcionar, el dolor que siento por todo el cuerpo es intenso, pero intento no pensar en eso y seguir dando una zancada tras otra, no miro el reloj, solo quiero correr y llegar a la meta, esta es la zona para mí más bonita del recorrido, los sevillan@s te llevan en volandas, ya no queda nada me digo a mi mismo, paso el km 41 y se que esto se acaba, ya se divisan los giros finales, me queda una recta giro a la izquierda y meta me digo a mi mismo, llego a ese giro y veo a mi familia animándome detrás del vallado y esto me da un extra con el que no contaba, afronto la recta de meta que será de unos 400metros a todo lo que puedo, miro el reloj para ver si podía mejorar mi actual marca y veo que aún es posible así que a darlo todo.... adelantó corredores sin parar y consigo detener el crono en 3:06:55 solo he mejorado 30 segundos pero dadas las circunstancias me doy por más que satisfecho.


Me tambaleo por la recta que hay tras la meta con los ojos aún inundados en lágrimas, no me lo creo, otro maratón!!! Esta es la única distancia que me hace sentir tanta emoción y es esto lo que me tiene enganchado, un maratón son mucho más que 42.195 metros y quien sabe cuando los volveremos a correr, algún día... eso seguro, aunque ahora toca desconectar. hasta la próxima.
42.195 metros, mucho más que una distancia.


 Víctor Jose González Blasco  


Comentarios

Entradas populares